Eran entonces las seis de la noche y Penellan se puso a preparar la cena. Bajó al pañol para buscar la carne salada, que quería reblandecer en agua hirviendo. Cuando volvió a subir, encontró su sitio ocupado por André Vasling, que había puesto a cocer en el barreño unos trozos de grasa.
- Julio Verne, Una invernada entre los hielos