
Un par de veces por hora, doy la hora (de Uruguay 🇺🇾).
Publico el progreso en la recopilación de citas para el #RelojLiterario.
Hecho por @j3j5
Aquel lunes 24, cuando pasaban veinte minutos de las seis de la tarde, el juez Atilio RamÃrez Amaya impartÃa su cátedra de criminologÃa.
    - Carlos MartÃnez D’Aubuisson, AntologÃa de la crónica latinoamericana actual - La tormentosa fuga del juez Atilio
Eran entonces las seis de la noche y Penellan se puso a preparar la cena. Bajó al pañol para buscar la carne salada, que querÃa reblandecer en agua hirviendo. Cuando volvió a subir, encontró su sitio ocupado por André Vasling, que habÃa puesto a cocer en el barreño unos trozos de grasa.
    - Julio Verne, Una invernada entre los hielos
PAPIN esperaba al pie de la escalera de la catedral. Pasaban cuatro minutos de las cinco. No habÃa llegado nadie. O tal vez sÃ.
    - Tom Cain, El asesino accidental
En Avignon se apartarÃa del rÃo y enfilarÃa hacia el sudeste, en dirección a Marsella; pero aquello no ocurrirÃa sino hacia las 17:00.
    - Isaac Asimov, El Expreso de Nápoles
Este sentimiento halló su más clara expresión en un poema, «Ichabod» (de una expresión hebrea que significa «la gloria ha pasado», véase 1 Samuel, 4:21), de John Greenleaf Whittier (nacido en Haverhill, Massachusetts, el 17 de diciembre de 1807, de padres cuáqueros), el más renombrado de los poetas abolicionistas americanos.
    - Isaac Asimov, Los Estados Unidos desde 1816 hasta el final de la Guerra Civil